Si le preguntas a tu familia, amigos o incluso extraños que lo que es mejor en viajes, muchos le dirán que es de ir en una aventura,descubrir nuevos paisajes, pero sobre todo descubrir otras culturas.
De hecho, cada país está llena de su propia historia, su cultura, reconocibles a través de su arquitectura, su gastronomía, su arte y, por último, su pueblo. Por supuesto, uno puede adquirir una gran cantidad de conocimientos sobre un país mediante la documentación de su historia, monumentos, etc. Hoy en día, gracias a Internet para llevar a cabo este tipo de investigación está al alcance de todos. Pero creo que los restos más interesantes inmersos en el país, conocer a los lugareños y tener la oportunidad de conversar con ellos nos ofrece una mirada diferente en el mundo un aspecto más auténtico.
Y aquí es donde el dominio del idioma es una gran ventaja. El lenguaje en sí mismo es la esencia de la cultura, uno puede notar esto especialmente centrándose en las expresiones idiomáticas, que son específicas de cada país y no se pueden traducir literalmente. Es curioso observar, por ejemplo, que si un “archivo en Inglés,” Francés Inglés al Francés, que lo llevó “a tomar el camino francés” Hablar una lengua, incluso si no dominamos a la perfección, es sin duda uno de mejores maneras de descubrir el mundo.